domingo, 11 de diciembre de 2011

RENOVARSE O MORIR

Hace unos días leí que en algunas editoriales de Estados Unidos está creciendo la práctica de publicar preferentemente libros cuyos autores tengan más de siete mil amigos en facebook. No sé si es una broma o una estrategia real, en cualquier caso me da mucho miedo. Si es una broma porque puede convertirse en realidad en cualquier momento, y si es realidad porque puede llegar aquí en menos que canta un gallo. Es decir, la valoración del libro pasa por que el autor tenga posibilidades de promocionarse por él mismo, por que pueda "venderse" entre sus amigos lo más posible. Ay de aquel que escriba buenos libros pero sea un ser solitario... Le espera en la literatura un futuro bien negro. Pero ¿no eran las editoriales las que se encargaban de la promoción? Pero ¿no era escribir el cometido principal del escritor? Ya no. Al autor se le exige en muchos casos que sus tareas abarquen cometidos de editores y libreros. El escritor escribe, sí, pero también promociona en las redes sociales, va de viaje, hace presentaciones, firma todo lo que pueda... E, incluso, cada vez más, tiene la posibilidad de autoeditarse. Bueno, pues ahí están las editoriales, buscando nuevos caminos. Y las librerías, con ninguna venta institucional que les permita respirar, y tratando de subsistir por otras vías, las de la promoción también: presentaciones, cuentacuentos, talleres literarios, hasta cafés y restaurantes. Y ahí están los escritores arañando tiempo de sus giras para poder ponerse ante el ordenador y escribir algo nuevo. Y, encima, teniendo que disculparse casi ante los lectores por "tener la osadía" de pretender cobrar por su trabajo. El sector del libro se tambalea a todas luces. Está en crisis. Pero de una crisis se puede salir renovado. Que así sea. Es mi primer deseo para el año que está a punto de comenzar.