domingo, 21 de febrero de 2010

EL TÉ DE LAS CINCO

Es domingo. Nieva en la calle y cada vez tengo más claro que odio el invierno. Un té, unas pastas y una tertulia en torno a una mesa. Sólo eso puede hacerme dar cuenta de la utilidad del frío. Siempre se habla mejor con una taza en la mano, o con una copa de vino, una caña o un vermú. Y, sobre todo, con gente alrededor que escuche y alimente la conversación con sus ideas. Interacción, esa es la comunicación humana. Eso es lo que me enseñaron ya hace muchos años en la Facultad de Periodismo. Y eso es lo que intento siempre: dialogar. A través de mis libros y en los encuentros en los colegios. Contar mi porqué y, a través de las miradas, de los comentarios de los otros, redescubrir mis porqués. Y, por descontado, eso es lo que quiero hacer en este blog que inauguro hoy, y al que -a pesar de todas las dudas que tengo- quisiera serle fiel. Me comprometo a intentarlo, pero necesito vuestra ayuda para que no muera. Por favor.
Estoy leyendo mucho, por trabajo. Y estoy tratando de arañar algo de tiempo para comenzar un nuevo libro, creo que ya ha llegado el momento. A pesar de que espero la salida de dos en este año, y todavía hay otros dos que tratan de abrirse camino sin haberlo conseguido aún. Pero un lector que me escribe de vez en cuando me pidió nuevas obras, y también yo me las estoy pidiendo a mí misma. Hay una idea que está creciendo en mi cabeza... En principio era para un cuento corto, pero se está haciendo más y más grande, y ya no voy a poder encerrarla en un álbum de pocas páginas. Estaría aprisionada y yo quiero que nazca en libertad. Si nace ya mayor de edad qué le vamos a hacer. Que así sea. Será que estaba escrito.

9 comentarios:

  1. Quiero ser la primera seguidora incondicional de tu blog. Y te auguro mucha suerte en esta nueva aventura. ¡Tú lo vales!
    La incondicional

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  2. Hola, Marinella, quiero escribirte en este tema porque es el primero del blog y porque el segundo me ha dado malas vibraciones. ¡Quítatelas pronto de encima! Y escribe como tú sabes, atrapa esa idea que te ronda en pleno vuelo.
    Besos,
    Jorge

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  3. No, no, malas vibraciones no. Es sólo tener claro cómo están las cosas. Pero saberlo no va a impedirnos enfrentarnos a ello como sabemos: con la escritura y haciendo siempre lo que nos sale de dentro; lo que queremos hacer verdaderamente.
    Gracias, Jorge.

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  4. Hola,
    Llego aquí por el blog de LIJ de Jorge :-) No conocía ni tu blog ni tu web, pero te seguiré visitando. Además de ser compañera de profesión, leí hace tiempo tu traducción de "El ponche de los deseos" y me encantó. ¡Qué suerte haber conocido a Michael Ende!

    http://laberintodeideas.blogspot.com/2008/04/el-ponche-de-los-deseos-de-michael-ende.html

    Un saludo,
    Tanakil.

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  5. Hola,
    como escritor novel, y sin remedio, veo la vida atrozmente ingrata, así es mi naturaleza, y creo que hay muchos como yo. La voluntad del ser humano es incansable, es, permítanme la expresión: "jodida", y mucho. No tienes catarro, pasas hambre.
    Un saludo alegre.
    Me gustó El Hereje, de Miguel Delibes, me parece haber vivido con Cipriano durante unos meses en el siglo XVI.
    Perdón por enviar dos mensajes, tengo incontinencia.

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  6. Hola, Tanakil. Acabo de visitar tu página, muy interesante y muy féerica... Encantada de conocer a una compañera de profesión. Sí, tienes razón: fue una suerte conocer en persona a Michael Ende. Pero ¿sabes una cosa? Me quedo con sus libros.
    M

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  7. Gracias por esta invitación de tertulia... Seguro que salen charlas muy interesantes. Tambien gracias por compartir esas experiencias sin pelos en la lengua.
    Un abrazo y me uno a ese escritor asiduo que te pide mas obras...

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  8. Me siento solo y escribo para estar acompañado por los personajes de mis novelillas. Marinella, ¿qué hace? ¿no para, está de aquí para allá? ¿le asusta escribir demasiadas "entradas" en su blog?
    Puede contestar en dos meses, lo he escrito para no olvidar la pregunta. En serio.
    Un saludo.

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