sábado, 6 de noviembre de 2010

OJO CON LAS MUJERES QUE LIMPIAN...

De pequeña recibí una educación acorde con el mundo en el que hoy vivimos. Fui a un colegio laico, extranjero -por aquello de la segunda lengua- y mixto, cuando la mayoría de mis amigos/as iban a uno religioso. Mi madre no fue una madre al uso amante del hogar, deseosa de servir a los suyos, qué va. Hacía las faenas de la casa cuando no había más remedio y siempre con mala cara. Gracias a Dios no me transmitió para nada ese espíritu de sacrificio de ama de casa que tenían casi todas sus coetáneas. Una vez que se jubiló, mi padre nos sorprendió a todos yendo encantado a la compra y cocinando unos guisos que hacían las delicias de los comensales. En los libros que llevo escritos hay padres que cocinan, madres que conducen, mujeres trabajadoras, padres amos de casa, madres-padres y padres-madres, mujeres que abandonan su hogar... No es nada raro, simplemente un reflejo del mundo actual, nuestro mundo, mi mundo. Soy una mujer normal, que trabaja, independiente, a la que no le gustan las faenas del hogar, pero que tiene que hacerlas si no quiere vivir en una pocilga. Así que, de vez en cuando, cojo una escoba y barro. Y, por eso mismo, porque no me gusta pero tengo que hacerlo, inventé a una mujer que tenía que coger una escoba y barrer cuando no había más remedio. La inventé y la hice protagonista de un futuro álbum ilustrado. Es una madre que vive con su hijo. Y no hay padre a la vista. Odia barrer, pero tiene que hacerlo y, por eso mismo, se inventa una fantasía que la saque de la dura realidad de ese hecho cotidiano y desagradable, y la sumerja en un juego que comparte con su hijo: un desierto lleno de arena/polvo, una maldición, la lucha por la subsistencia...
Bueno, una editorial me ha devuelto el trabajo diciendo que hoy en día no pueden permitirse publicar esa clase de estereotipos. ¿Una mujer barriendo? ¡Horror! Por supuesto, son muy dueños de decidir lo que quieren o lo que no... Pero ¿no nos estamos pasando a veces jugando de esta manera a lo "políticamente correcto"? Se me ocurrió preguntar si habrían publicado el mismo texto con un padre por protagonista. El "posiblemente" que me dio la editora por respuesta fue absolutamente esclarecedor. ¡Bien por los padres que cogen la escoba y barren! ¡Viva la igualdad! Son modernos, son perfectos, un ejemplo de higiene además. ¡Mal por las mujeres que, a estas alturas de la vida, siguen empeñadas en no vivir en una pocilga! Las mujeres que no tengan un hombre -¿un mayordomo quizá?- que les barra, será mejor que opten por vivir en la inmundicia. Pero eso sí, que no se olviden de pasear de vez en cuando con una pancarta que ponga "¡Viva el feminismo!"

2 comentarios:

  1. Marinella, qué razón tienes. Tu mundo, nuestro mundo, es tal y como lo cuentas... pero dejarlo impreso en un álbum sería horrible para los censuradores de realidad. Yo apoyo esa idea que tienes para que vea la luz. Si no te lo publican, publícalo en tu blog. Tal vez consiga germinar, dejarlo en un disgusto no hará que el polvo se limpie solo.
    Un abrazo

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  2. Sí, ojo con las mujeres que limpian... y cosen y planchan... dentro de los libros, claro, porque fuera de ellos ¡a ver quién es la lista que se libra! Me parece tu artículo lleno de razón, Marinella, qy es que desde un tiempo a esta parte algunos criterios editoriales a la hora de "escoger libros con valores modernos" patinan de modernos, yéndose para ello a un extremo tan ridículo que llega el punto de que solo se pueden crear ciertos personajes femeninos que, debido al extremismo, acaban saliéndose de la realidad. Se ha puesto de moda en la LIJ que las madres /personajes sean de arquitectas para arriba (además de no barrer,¡faltaría más!, a no ser que tengan un hombre cerca que mientras ellas barren esté fregando platos o bañando a los niños). No digo yo que no se refleje esa parte de la realidad que afortunadamente ya existe y se fomente el compartir las tareas como algo natural. Pero es que la realidad también tiene otras caras... Como esa precisamente de barrer tu casa (aun siendo mujer), si no tienes criada/o, ni pareja con quien compartir tareas.

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