sábado, 26 de marzo de 2011

Y LA RUEDA SEGUIRÁ

Me gusta ir a los centros. Me gusta poner cara a mis lectores. El 21 de marzo pasado los alumnos de Secundaria del Colegio La Inmaculada de Alcorcón me esperaban. No sé cómo era la autora que ellos tenían en su mente, pero sí sé que habían leído “Espiral” y, por lo general, “Espiral” les interesa, les engancha, les crea expectativas… y les defrauda cuando llegan a un final demasiado terrenal para sus años, poco novelero para sus ansias románticas. Eso es así y está bien que así sea. Da para mucho un coloquio con diversidad de pareceres. Lo sabía ya cuando, al escribir la novela, decidí tirar por el camino de la realidad antes que desviarme hacia la felicidad ficticia y sin sentido.
Hablamos de muchas cosas, también del porqué de mi final… Un “happy end” que ni es “happy” ni es “end”. Vi curiosidad en sus rostros, vi interés, perplejidad, alguna que otra mirada de escepticismo, convicción, ganas de saber más, un poquito de admiración, varios interrogantes enormes, respeto y una, dos caras… con muchas, muchas ganas de llegar a casa y ponerse a escribir y seguir haciéndolo mañana y al día siguiente, y al año siguiente… hasta, por fin, dar un día el paso que di yo, y tratar de publicar. Seguro que sí. Y la rueda seguirá.
Hablé mucho –ay, el agua, el micrófono, los caramelos-, escuché más, atendí a los murmullos, a las risas y, sobre todo, a las sonrisas. Firmé ejemplares. Me quedé con ganas de más, como siempre, y, como siempre, pensé que quizá dentro de unos años alguno recordaría este día, mis palabras y el porqué de mi final, y se reconciliaría conmigo. Ojalá. Si es así, es que habrán mediado muchos otros libros por el camino. De eso se trata.

1 comentario:

  1. Estoy segura de que les dejaste huella. Uno nunca sabe qué semilla está sembrando en un momento dado, ni que muralla está derribando o qué velo descorriendo. Hay que confiar que lo que hacemos o lo que escribimos deja un poso en los corazones, aunque nunca lleguemos a conocer cómo continua la historia. Me apetece mucho leer ese libro.

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