sábado, 18 de mayo de 2013

JUGAR ES ALGO MUY SERIO


En los encuentros que mantengo en los colegios siempre digo a mis lectores que, de pequeña, jugar era lo que más me gustaba hacer. Ellos sonríen como diciendo "a mí también", pero intuyo que, al mismo tiempo, piensan que eso es poco serio para una escritora. Enseguida les explico que no me refiero a jugar al fútbol o al parchís sino a inventarme historias, a transformarme por el arte de la imaginación en otra persona: a veces exploradora, a veces pirata...
Me veo a mí misma en el cuarto de jugar, con mi capa azul de enfermera reconvertida en capa de espadachín medieval, o navegando sobre un almohadón de flores por el largo pasillo-río de mi casa. Esos fueron los momentos más mágicos de mi infancia, sin duda alguna, y la semilla de todo lo que vino después, estoy segura.
Escribir es jugar, es permitirnos a nosotros mismos seguir jugando toda la vida, por muy mayores, muy sesudos y muy responsables que debamos ser. Eso trato de transmitirles: el enorme privilegio que representa poder mudarte en otro, creerte firmemente protagonista de otras historias distintas a la tuya, la real. Y sin necesidad de ninguna varita, tan solo con el poder de tu cerebro. Eso hacemos los autores, como los actores de teatro, y eso hacemos los lectores  también cuando un libro nos atrapa tanto que olvidamos nuestro propio ser para adoptar el rol del personaje central. ¡Hop! Un salto y ¡adentro! A gozar... o a sufrir... Pero siempre, a ponernos pruebas, para tratar de superarlas, para alcanzar metas. Desde niños.

1 comentario:

  1. y.. ojalá sigas jugando... y nosotros podamos seguir disfrutando de tus juegos y participar en ellos.

    ResponderEliminar