martes, 11 de junio de 2013
CHISPAZO EN LA FERIA DEL LIBRO
Ocho y media de la tarde. Segundo día de la Feria del Libro de Madrid. Imposible acercarme a Laura Gallego. Entre ella, apostada en la caseta de una librería, y yo hay una muralla de cuerpos. La cola de chicas y chicos, domeñada por las vallas amarillas del Ayuntamiento, serpentea bajo los árboles centenarios del parque. Dicen que los jóvenes no leen. Dicen que no tienen interés por casi nada. Dicen… En su mayoría van vestidos de negro. No puedo evitar pensar en Kirtash, la serpiente, uno de los tres protagonistas de Memorias de Idhún.
Laura, con su tenacidad habitual, firma dedicatorias de una página. La cola crece… y el tiempo avanza.
Sin embargo, siento un chispazo en mi cabeza y en mi memoria el tiempo retrocede. Quince años.
La desesperación comenzaba a adueñarse de mí. Cajas de cartón llenas de originales. Cientos y cientos de páginas impresas que me contaban las historias de siempre. Planas, aburridas. De pronto, conocí a un monje que trataba de salvar un manuscrito de un incendio, y sobre todo… sobre todo, conocí a un juglar -Mattius-, que era un hombre hecho y derecho, y, además, de carne y hueso. Había vivido mucho y, por tanto, se había vuelto escéptico y algo sarcástico. Pero, pese a todo, acababa poniendo los ojos en una mujer, que, por cierto, a pesar de vivir en el Medievo, no se limitaba a estar de adorno, sino que participaba activamente en la historia. Y los tres viajaban por la vieja Europa mientras el tiempo corría inexorable hacia la última noche del año 999… Vaya, un libro extenso, que me leí de una sentada. Sin que la obra decayera ni un instante, como ocurre muchas veces cuando hay un comienzo excitante y el listón está muy alto. No. Aquel original mantenía su buen nivel de principio a fin.
Respiré. Estaba a años luz de todo lo que había leído hasta entonces. Con una novela tan magnífica como aquella tenía la seguridad de que el premio El Barco de Vapor de 1998 no iba a quedarse desierto. Bien. Entré en el despacho de la entonces directora de narrativa de la editorial, con una sonrisa en la boca. Feliz. Había encontrado un libro de calidad. Algo muy especial, que no me recordaba a ninguno de los autores de literatura infantil consagrados del momento. Sin embargo, la obra estaba hecha con gran profesionalidad, se veía que era de alguien con años a su espalda, eso sí. Y, además, me olía a hombre.
En fin… el libro ganó el premio, por supuesto. Pero resultó que el hombre era una mujer y de tan solo veintiún años. En eso me equivoqué. ¿No era una profesional, entonces? Claro que sí. La profesionalidad se la habían otorgado todas las novelas que llevaba escritas desde los once años y que culminaron en aquel Finis Mundi tan mágico, que ya se quedó para siempre prendido de mi corazón.
Gracias, Laura, por proporcionarme uno de los momentos más dichosos de mi vida profesional; lo mejor que desde mi punto de vista puede ocurrirle a una persona que ejerce el hermosísimo oficio de editor.
La cola sigue su curso. Laura solo levanta la vista del papel para agradecer a los lectores su presencia.
Me voy a casa con una sonrisa en la boca. También hoy.
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sábado, 18 de mayo de 2013
JUGAR ES ALGO MUY SERIO
En los encuentros que mantengo en los colegios siempre digo a mis lectores que, de pequeña, jugar era lo que más me gustaba hacer. Ellos sonríen como diciendo "a mí también", pero intuyo que, al mismo tiempo, piensan que eso es poco serio para una escritora. Enseguida les explico que no me refiero a jugar al fútbol o al parchís sino a inventarme historias, a transformarme por el arte de la imaginación en otra persona: a veces exploradora, a veces pirata...
Me veo a mí misma en el cuarto de jugar, con mi capa azul de enfermera reconvertida en capa de espadachín medieval, o navegando sobre un almohadón de flores por el largo pasillo-río de mi casa. Esos fueron los momentos más mágicos de mi infancia, sin duda alguna, y la semilla de todo lo que vino después, estoy segura.
Escribir es jugar, es permitirnos a nosotros mismos seguir jugando toda la vida, por muy mayores, muy sesudos y muy responsables que debamos ser. Eso trato de transmitirles: el enorme privilegio que representa poder mudarte en otro, creerte firmemente protagonista de otras historias distintas a la tuya, la real. Y sin necesidad de ninguna varita, tan solo con el poder de tu cerebro. Eso hacemos los autores, como los actores de teatro, y eso hacemos los lectores también cuando un libro nos atrapa tanto que olvidamos nuestro propio ser para adoptar el rol del personaje central. ¡Hop! Un salto y ¡adentro! A gozar... o a sufrir... Pero siempre, a ponernos pruebas, para tratar de superarlas, para alcanzar metas. Desde niños.
martes, 2 de abril de 2013
Día Internacional del Libro Infantil
Coincidiendo con la fecha del nacimiento de Hans Christian Andersen, hoy se celebra el Día Internacional del Libro Infantil. Es la "excusa" perfecta para dedicar un tiempo a nuestros niños y:
* contarles cuentos,
* leerles en voz alta,
* mirar ilustraciones con ellos,
* visitar bibliotecas,
* ir a las librerías,
* regalarles libros...
Y, en fin, hacer todas las actividades en torno a los libros que se nos ocurran.
Adjunto el poema que Pat Mora, escritora norteamericana, ha escrito para la ocasión:
Leemos juntos, tú y yo.
Vemos que las letras forman palabras
y las palabras se convierten en libros
que estrechamos en nuestras manos.
Oímos susurros
y ríos bulliciosos en sus páginas,
osos que cantan
graciosas melodías a la luna.
Entramos en misteriosos castillos
y de nuestras manos suben hasta las nubes
árboles florecidos. Vemos niñas valientes que vuelan
y niños que atrapan las estrellas.
Leemos juntos, tú y yo, dando vueltas y vueltas,
recorriendo el mundo con la alegría en los libros.
* contarles cuentos,
* leerles en voz alta,
* mirar ilustraciones con ellos,
* visitar bibliotecas,
* ir a las librerías,
* regalarles libros...
Y, en fin, hacer todas las actividades en torno a los libros que se nos ocurran.
Adjunto el poema que Pat Mora, escritora norteamericana, ha escrito para la ocasión:
Leemos juntos, tú y yo.
Vemos que las letras forman palabras
y las palabras se convierten en libros
que estrechamos en nuestras manos.
Oímos susurros
y ríos bulliciosos en sus páginas,
osos que cantan
graciosas melodías a la luna.
Entramos en misteriosos castillos
y de nuestras manos suben hasta las nubes
árboles florecidos. Vemos niñas valientes que vuelan
y niños que atrapan las estrellas.
Leemos juntos, tú y yo, dando vueltas y vueltas,
recorriendo el mundo con la alegría en los libros.
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sábado, 16 de marzo de 2013
¡Que vivan los finales abiertos!
Odio los finales cerrados y que me lo den todo hecho. Hay que dejar pensar al lector. La literatura no es mero entretenimiento. De esto va mi nuevo artículo en la revista digital El Tiramilla, "¡Que vivan los finales abiertos!".
http://eltiramilla.com/%c2%a1que-vivan-los-finales-abiertos/
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lunes, 18 de febrero de 2013
CALOR DE HOGAR
Ayer, en la ceremonia de entrega de los Goya, hubo muchas palabras de agradecimiento, como todos los años. Pero de entre todas ellas me quedo con las de Pablo Berger, guionista y director de Blancanieves. Dijo que, por encima de todo, se sentía cuentista porque lo suyo era inventar historias y que eso, sin duda, venía de sus padres, a quienes recordaba contándole y leyéndole cuentos todas las noches. Qué bonito, ¿no? Y qué gran verdad, además. Somos lo que somos porque venimos de nuestros padres y de lo que sucedía en nuestra casa, en nuestra familia. Calor de hogar.
Ahora que ya casi no se pueden contar cuentos al amor de la lumbre, que casi no hay chimeneas –por lo menos, auténticas- que den calor a las casas, creo que gran parte de la responsabilidad de conseguir esa calidez ha recaído, más que nunca, en los libros… Cuando me invitan a una casa en la que no he estado nunca, me gusta fijarme en los detalles. Esos son los que definen a sus dueños. Y, sobre todo, en las estanterías donde reposan los libros. Pero huyo de las librerías que parecen pasarelas de moda, donde los libros se exhiben exclusivamente por su presencia, por sus colores. Prefiero, por encima de todo, los libros vividos, los libros compañeros, los libros queridos. Y para percibir eso no hay que echar más que un vistazo, tampoco falta indagar mucho más. Por lo menos hasta ahora.
Recientemente he visitado una casa nueva, por lo menos para mí. Aunque lleva inaugurada unos meses, yo no había tenido todavía la oportunidad de acercarme a conocerla. Se trata de la Casa del Lector, en Madrid, perteneciente a la Fundación Sánchez Ruipérez. Situada en dos naves del antiguo matadero, la verdad es que es bonita, grande, moderna y ¿acogedora? Pues… imagino que con el tiempo lo será. Sé que, como indica el membrete de su página web, es un Centro Internacional para la Investigación, el Desarrollo y la Innovación de la Lectura y, por tanto, no dudo de que en ella existan los libros digitalizados, lo que ocurre es que, claro, no se ven. Eso debe de ser, pero yo, que soy una sentimental, echo de menos su presencia física y esa casa, tan grande, de momento me parece fría. ¿Llegarán en tiempos de mayor bonanza los libros a ese hogar? Si no es así, tendré que reciclarme… Y, a partir de ahora, cada vez que vaya a las casas de mis amigos les pediré a sus dueños que me enseñen sus e-books, sus tablets, sus teléfonos inteligentes, sus ordenadores… Seguro que, si son sensatos y quieren lo mejor para sus hijos y para ellos mismos, todos esos aparatejos (el diminutivo no es despectivo, sino cariñoso) estarán llenos de calor de hogar.
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domingo, 6 de enero de 2013
DECÁLOGO DEL LIBRO (© Marinella Terzi)
1 UN LIBRO NO LLEVA FECHA DE CADUCIDAD.
2 UN LIBRO NO MUERDE NI INOCULA ENFERMEDADES.
3 NO ES PRECISO QUE TODOS LEAMOS EL MISMO LIBRO AL MISMO TIEMPO (HAY MUCHOS TÍTULOS PARA ELEGIR).
4 BUSCA TUS LIBROS PREFERIDOS TÚ MISMO.
5 HABLA SOBRE LIBROS. RECOMIENDA TÍTULOS.
6 VE A LA BIBLIOTECA: REBUSCA, ENCUENTRA, LLÉVATE…
7 PRESTA A LA GENTE QUE QUIERES LOS LIBROS QUE TE GUSTARON.
8 DEVUELVE SIEMPRE LOS LIBROS QUE TE PRESTARON.
9 REGALA A LA GENTE QUE QUIERES LOS LIBROS QUE TE GUSTARON.
10 TEN SIEMPRE UN LIBRO EMPEZADO.
TU LIBRO, ESE LIBRO ESPECIAL, TE ESTÁ ESPERANDO. VE A BUSCARLO. QUE NADIE DECIDA POR TI.
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